jueves, 14 de abril de 2016

Isadora Duncan

Isadora Duncan Nació  en San Franciasco el 27 de mayo de 1877 y murió en Niza el 14 de Septiembre de 1927. Fue una bailarina y coreógrafa estadounidense, cosiderada por muchos la creadora de la danza moderna.

Nacida en california, Dora perteneció a una familia peculiar. Tras el abandono paterno y la acusación de fraude bancario hacia este, la riqueza de la familia se vio sumida en un profundo episodio de penurias interminables. Hecho que influyó en el alejamiento de su familia con la fe católica. 
 Abandonó la escuela a la edad de diez años y comenzó junto con su hermana Isabel a impartir clases de danza a otros niños de su barrio, mientras su madre, Dora, daba lecciones de piano para sustentar a la familia y se encargaba de la educación de sus hijos.

Su vida fué un caos esplendoroso de revuelos sentimentales, excesos, expresiones artisticas transgresoras, viajes, confesiones completamente anacrónicas (se confesaba atea convencida, madre soltera y bisexual) y vivió siempre al margen de la moral y las convicciones tradicionales. 
Su danza estaba muy influida por los cuadros de la antigua Grecia que observaba en Londres, y en algunos de sus movimientos se inspiraba en figuras mitológicas, (al inclinar la cabeza hacia atrás, como las vacantes), Se trata de una danza muy alejada de los patrones clásicos conocidos hasta entonces, incorporando puestas en escena y movimientos que tenían más que ver con una visión filosófica de la vida ligada quizá al expresionismo (línea de pensamiento artístico incipiente por aquella época), y por tanto a una búsqueda de la esencia del arte que solo puede proceder del interior. 
Un halo misterioso de tragedia envolvía a la artista; incendios, la muerte de su primer marido, el ahogamiento de sus dos hijos, accidentes de coche... Isadora Duncan murió en un accidente de automóvil acaecido en Niza, a la edad de 50 años. Murió estrangulada por la larga chalina que llevaba alrededor de su cuello, cuando esta se enredó en la llanta del automóvil en que viajaba.Antes de subir al vehículo, Isadora profirió unas palabras pretendidamente recordadas por su amiga Maria Desti y algunos compañeros: «Adieu, mes amis. Je vais à la gloire!» (¡«Adiós, amigos míos, me voy a la gloria!»)





Isadora Duncan Bailando. 

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